miércoles, 30 de marzo de 2011

There are many things that I would like to say to you, but I don't know how ...

 

- ...estoy convencida de que algún día seré alguien importante...
- Para mi ya lo eres, muy importante.

Y ese día paseé mi sonrisa más grande, y al acostarme soñé que nunca se iba acabar. ¿Cómo puede ser tan dificil despertar?.


jueves, 24 de marzo de 2011

Puedes pedirme la luna, que locura, fijo que te traigo un queso

Ya no dejo pelusillas escapar de mi escoba al barrer, el despertador me suena una sola vez cada mañana, mi habitación ha dejado de ser un caos, llego puntual a mis citas (vale, siempre hay excepciones…), soy capaz de decidirme por algo en menos tiempo sin tener que jugármelo a “pito-pito”, cada día hago las croquetas un poco más perfectas (yo considero que ya estoy en nivel Arguiñano, pero mi madre no comparte la opinión)…Vamos, que creo que estoy madurando.
Pero hay algo en lo que me esfuerzo al máximo y no consigo mejorarlo. Observo a los demás, busco el mejor material para hacerlo, lo hago con paciencia. Nada. ¡No se cortar queso!
Ayer vi un queso en la nevera. ¡Qué queso! De cabra y vaca. Semicurado. ¡Qué pinta!

-  “¡Mamááááááá´!¿Puedo empezar el queso de Carlos?”
-  “Si, claro”

¡ERROR! ¡ERROR! ¡ERROR! Resultado =  Destrozo. Como de costumbre no obtuve una rodaja de queso. No. Migajas, solo eso.
Y la verdad es que ya me agobio. No sé si algún día conseguiré aprender, o si ser madre es requisito fundamental para conseguir una rodaja perfecta. ¿Y si no aprendo? Me preocupa, de verdad, profundamente.
Mi amiga Be, que es muy espabilá, ha encontrado la solución perfecta a mi problema;
SE BUSCA JOVEN APUESTO. QUE SEPA CORTAR QUESO, CLARO.





miércoles, 23 de marzo de 2011

Me gustan los problemas, no existe otra explicación...

Impaciente:
(Del lat. impatĭens, -ēntis).
1. adj. Que no tiene paciencia.
2. adj. Que desea o espera con desasosiego.


Me gustan los colores del otoño y del arco iris. El rojo y el azul eléctrico. El olor del césped recién cortado, de la marihuana y de las noches de pizza. El mar. Las puestas de sol. Los amaneceres. Los viajes en bus mientras leo. Los días de lluvia y cuando nieva. El frío...el agua muy caliente cuando me ducho. Ardiendo. Recibir fotos del bebé. Mi pueblo. Las sorpresas. Los primeros días de sol de la primavera. Santiago de Compostela. Las noches sin plan que acaban sorprendiendo. Los reencuentros; sus abrazos, besos, miradas y sonrisas. Las lágrimas saladas de felicidad, de las que emborrachan. Las noches con estrellas, muchas estrellas. Las llamadas inesperadas. Los escalofríos. La luna llena, cuando está tan llena que parece que va a explotar. Las cervezas en buena compañía.  Las ranas. Los sapos. Los besos-transformadores. Los príncipes. Los ogros...y los sapos otra vez. Los chistes malos. Mis amigos. Los coches amarillos. Viajar. Dormir. Dormir. Dormir. Dormir. Las preguntas estúpidas. Los gatos, bajo una silla claro. Las bicis. Los mojitos. Las lentejas. Barcelona. Las conversaciones de teléfono interminables pero absurdas, siempre absurdas. Compartir el paraguas, contigo. Tú.
Y me gusta AHORA. 


Pero en los últimos meses me he dado cuenta que hay algo que me gusta por encima de todas las cosas; los problemas. Supongo que esa es la explicación.


Y esta canción, me encanta, me provoca un estado indescriptible.  =)

domingo, 20 de marzo de 2011

Se que mereces la pena, que no te quiero perder...

TODO o NADA. Bueno, hay termino medio, ¿no?. No lo sé.
¿Hasta que punto puedes disfrutar de algo que sabes que tiene final? Con el tiempo he aprendido a sacarle más jugo a esos momentos que a cualquier otro. Pero ahora soy incapaz de descifrar que hay después del final. No es un punto y aparte, porque no hay otro párrafo a continuación. Pero tampoco es un punto y final, ¿serán puntos suspensivos?, ¿continuará?. Tal vez sea una entrega más de una de esas series de gran éxito que en el último capítulo de cada temporada te dejan con la mierda en la boca mientras en la parte inferior de la pantalla lees un “CONTINUARÁ…” con letras bonitas. Debería encontrar unas letras de esas para mí.

Y al final tengo la sensación que toda esta historia es como un yogurt al que voy cambiándole la tapa para prorrogar su caducidad…pero tarde o temprano tendrá sabor amargo. Vamos, que debería comérmelo antes de que solo con abrirlo me corrompa el olor. Y… ¿si mi nevera es capaz de conservarlo eternamente?
Habrá que arriesgar, supongo.


sábado, 19 de marzo de 2011

oye cu-cu...

Sé que tras el ruido de la llave encajando con la cerradura ya no va a aparecer, nunca. O que cada vez que ponga la mesa tengo que pones unos cubiertos menos.
Pero existimos porque alguien piensa en nosotros, no al revés. Somos un conjunto de recuerdos en la gente que de verdad nos quiere, y cada uno tenemos una vida en la medida que toda esa gente nos recuerde, estemos o no físicamente.
Aunque hay algo que no soporto: ser incapaz de recordar su voz.


martes, 15 de marzo de 2011

sigue lloviendo al corazón...


En los días de invierno lluviosos no hay mejor cobijo que el que te da una manta que te envuelve mientras te acurrucas en el sofá, siendo consciente del frío que hace fuera…y entonces pensar en mil cosas a la vez que te empapas de la nostalgia que transmite la escena.
Nada que ver con las tormentas de verano. Siempre me han despertado una sonrisa. Mojarme mientras corro a un lugar resguardado escuchando mis zapatillas chapotear en todos los charcos con los que me cruzo.
Escuchar llover desde la cama; los truenos, relámpagos, el agua que cae. El olor del pueblo cuando cae un chaparrón. Los besos bajo la lluvia.

Para poder ver el arco iris debes de aguantar la lluvia, y no hay mejor manera de esperarlo que siendo positivos y con una sonrisa en la cara.

Hoy llueve, yo vuelvo…para quedarme, algún día enseñaré mi arco iris.