domingo, 20 de marzo de 2011

Se que mereces la pena, que no te quiero perder...

TODO o NADA. Bueno, hay termino medio, ¿no?. No lo sé.
¿Hasta que punto puedes disfrutar de algo que sabes que tiene final? Con el tiempo he aprendido a sacarle más jugo a esos momentos que a cualquier otro. Pero ahora soy incapaz de descifrar que hay después del final. No es un punto y aparte, porque no hay otro párrafo a continuación. Pero tampoco es un punto y final, ¿serán puntos suspensivos?, ¿continuará?. Tal vez sea una entrega más de una de esas series de gran éxito que en el último capítulo de cada temporada te dejan con la mierda en la boca mientras en la parte inferior de la pantalla lees un “CONTINUARÁ…” con letras bonitas. Debería encontrar unas letras de esas para mí.

Y al final tengo la sensación que toda esta historia es como un yogurt al que voy cambiándole la tapa para prorrogar su caducidad…pero tarde o temprano tendrá sabor amargo. Vamos, que debería comérmelo antes de que solo con abrirlo me corrompa el olor. Y… ¿si mi nevera es capaz de conservarlo eternamente?
Habrá que arriesgar, supongo.


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